Dieta para la Enfermedad de Crohn

Enfermedad de Crohn y dieta

Un poco de contexto

La enfermedad de Crohn y la Colitis ulcerosa se engloban dentro de la que se conoce como  Enfermedad inflamatoria intestinal,  así que nos encontramos ante dos hermanas malotas que tratarán, si las dejas, de fastidiarte la salud de por vida.

Nos encontramos ante dos patologías inflamatorias que, al igual que otras de carácter  autoinmune, tienen su origen en una inflamación sistémica crónica que de no ser correctamente manejada y que podrían derivar incluso  en un cáncer sólo para fastidiar tu existencia un poquito más.

Crohn y Colitis Ulcerosa: las hermanas Malasombra

Crohn y Colitis ulcerosa tienen en común algunas de sus principales manifestaciones más invalidantes como la diarrea, fiebre, pérdida de peso, anemia, cansancio, intolerancias a muchos alimentos, desnutrición, retraso del crecimiento y las manifestaciones extraintestinales,  que son esas que no afectan directamente al intestino, pero que también fastidian,  como pueden ser la artritis, problemas en la piel, problemas en el hígado, la vista  y todo  un abanico de sintomas que en ocasiones aparecen en escena mucho antes que la propia enfermedad intestinal, preludiando la cascada de problemas con las que te encontrarás cuando la EII entre en tu vida sin pedir permiso. ¿O tal vez sí se lo dimos?

La dieta antiinflamatoria pdf

Enfermedad de Crohn ¿Te dimos permiso para entrar en nuestra vida?

La predisposición genética es conocida y las variaciones entre humanos tal vez puedan explicar las diferencias en su debut, la agresividad con lo que lo hace, la ubicación y también la forma en la que nuestro organismo responde a los tratamientos.

La predisposición no es una sentencia segura de que la enfermedad se manifieste,  parecen influir en ello otros muchos factores ambientales  que seguro que ya conoces, como pueden ser la ansiedad y el estrés, la falta de descanso y una alimentación proinflamatoria, muy relacionada con la forma de vida actual. Es lo que se conoce como epigenetica.

La dieta es un factor ambiental que sabemos puede provocar recaídas de la enfermedad de Crohn y la buena noticia es que podemos cambiarla y mejorar nuestra alimentación para acercarla más a aquella para la que la evolución nos ha preparado.

Los alimentos poco adecuados,  ultraprocesados,  gérmenes y  la contaminación accidental no ayudan a mantenernos en un estado de remisión, ese en la que la enfermedad parece dormida, asintomática y en el que queremos permanecer durante el resto de nuestras vidas.

Si en tu entorno familiar ha aparecido el Crohn, la colitis ulcerosa o cualquier otra patología autoinmune,  tal vez sea el momento de plantear que un cambio en tu estilo de vida, además de saludable, pueda evitar que también se exprese en ti y, si ya lo ha hecho, si te han diagnosticado Crohn,  no todo está perdido, pues hay evidencia de que un buen manejo de los factores ambientales puede ser un fantástico coadyuvante del tratamiento para que esta hermana malasombra no te impida disfrutar de una vida normalizada e  incluso se convierta en una oportunidad para otra con un estilo más saludable y motivador.

Comenzando el cambio

Es posible cambiar

Si has llegado hasta estas líneas,  ya vas intuyendo que tal vez  no puedes esperar que la medicación lo haga todo, te ha tocado una enfermedad rara de la que no todo se conoce, así que  algo tendrás que poner de tu parte y una actitud positiva es el mejor de los “principios activos” para esta y cualquier patología. Aquí no hay magia, sólo tú puedes elegir vivir la enfermedad con cara de emoticono enfadado o arrancar una sonrisa, pues no todo está perdido.

Adoptar nuevos y más saludables hábitos es algo de sentido común y  mal no te harán, todo lo contrario, sólo has de disciplinarte un poco: esfuérzate por hacer más ejercicio, trata de dormir más, manejar bien tu estrés y, sobre todo, comer lo que tus genes están habituados desde hace millones de años, y no los castigues con productos que si no han sido el detonante, no te van a ayudar en nada a salir de un brote.

Sobre este asunto no me extenderé mucho más, te recomiendo que leas mi post sobre la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y si quieres ampliar más la información, para adentrarte en una alimentación antiinflamatoria, leas también la dieta antiinflamatoria,  en la que con pequeños cambios en tu forma de alimentarte se obtienen grandes beneficios para la salud.

Entramos en materia

Son frecuentes los prejuicios respeto de la comida que adquieren las personas con enfermedad de Crohn, a menudo estos nacen de la confusión por la información contradictoria que se encuentran al consultar páginas web, redes sociales o la información procedente de otros pacientes con la misma enfermedad.

La educación e información de calidad serán claves en la intervención nutricional del paciente con una EII pues si bien es cierto que no existe un régimen dietético único para reducir los síntomas o disminuir los brotes en la EII, también es cierto el papel proinflamatorio de algunos alimentos que deberían descartarse de cualquier dieta que pretenda presentarse como saludable y, por descontado, de una dieta para el Crohn.

Una dieta basada en comida real que aporte los nutrientes específicos colaborará en el mantenimiento del estado nutricional del paciente, reducirá los síntomas y ayudará  a los más pequeños, a tener un adecuado crecimiento limitado por la mala absorción de nutrientes.

Los estudios han llegado a la conclusión de que el apoyo nutricional puede ocasionar alguna remisión clínica cuando se utiliza como única fuente de tratamiento, lo que es una gran noticia, pues sólo tenemos que imaginar lo que se podrá conseguir si se utiliza como coadyuvante de la medicación.

La mejor dieta para la enfermedad de Crohn

Pirámide alimentación evolutiva

Probióticos, prebióticos y suplementación en la Enfermedad de Crohn

Probióticos y prebióticos para el Crohn

Tu microbiota, lo que antes se conocía como flora intestinal, es como un jardín que tienes que cuidar todos los días para que no crezcan en exceso las malas hierbas.

La bacterias, como las plantas, necesitan de un buen abono para crecer fuertes y sanas y esto este papel lo hacen los prebióticos, alimentos que no son digeridos por nuestro aparato digestivo pero sí lo son por nuestras bacterias “buenas”,  que se desarrollarán en nuestro intestino grueso, evitando con ello que se desarrollen otras de tipo patógeno que podrían provocarte, entre otras patologías, el entrar de nuevo en un brote.

Encontrarás prebióticos en las fibras (las hay solubles e insolubles) y entre ellas destacaría el almidón resistente, que abunda en alimentos como el plátano macho, el arroz frío, caldo de arroz enfriado o en la fécula de patata. Ya hablará en profundidad de estos prebióticos en otro post.

Respecto de los probióticos, son una selección de bacterias beneficiosas que ingerimos vivas para reforzar o reponer las que se puedan haber perdido, por ejemplo, tras un tratamiento con antibióticos.

Los estudios no dejan claro el papel de estos para mantener un estado de remisión más allá de casos como la de los pacientes que han padecido una reservoritis y hay antes de consumirlos, es muy aconsejable consultar con un profesional, pues su incorrecto manejo, su ingesta desmedida, podría ocasionar un sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) poco deseable.

Salvo que te los hayan prescrito, es siempre más seguro recurrir a los probióticos que están presentes en algunos alimentos de manera natural y que puedes incorporar a tu dieta de forma segura.  Te detallo alguna de las principales fuentes naturales de probióticos, con mi recomendación de que evites aquellas que por ser lácteos, pueden contribuir por ese motivo a tu inflamación:

Chocolate negro:

Chocolate puro

Sí, no es broma, el chocolate es cacao fermentado y especialmente el chocolate negro es el más rico en probióticos, además de en antioxidantes flavonoides. Todo un regalo, pero recuerda, chocolate negro, cuanto más puro y con menos azúcar, mejor. Evítalo en fase de brote.

Té kombucha:

Se trata de una bebida realizada con un té fermentado que  también es rica en probióticos naturales como el scoby y que puedes incorporarlo, como lo hacían los samuráis, antes de enfrentarte a la batalla de tu día a día. Si te gusta esta infusión, el té kombucha es tu bebida.

Encurtidos:

Aún no te has recuperado de la sorpresa del chocolate y ahora te sorprendo con que esas aceitunas, pepinillos, cebolletas y un largo etcétera de encurtidos son también fuente natural de levaduras y bacterias beneficiosas para nuestro sistema digestivo.

Chucrut fresco:

Encurtidos y fermentados naturales

La col o repollo son bien conocidos por sus efectos beneficiosos sobre nuestro aparato digestivo, pero cuando este se fermenta, obtenemos el chucrut, otra impresionante fuente de probióticos que puedes incorporar a tus ensaladas o platos, como guarnición. Importante, no ha de estar pasteurizado, pues este proceso eliminará las beneficiosas bacterias que contiene.

Kimchi

Al igual que el chucrut, es un fermentado y principalmente de col. El Kimchi es la comida típica de Corea y es muy recomendable como guarnición en tus platos.  A diferencia del chucrut, el kimchi pica un poco por la presencia de ajo en su composición.

Kéfir

Kéfir de agua

Tenemos el kéfir de agua, y también el kéfir de leche. Nada partidario de los lácteos, por su potencial inflamatorio, puedes apostar por hacer tu propio kéfir de agua en casa, cuyas propiedades como probiótico natural son excepcionales. En el mercado encontrarás sets para hacerlo tu mismo el kéfir.

Suplementos para el Crohn

La mala absorción de nutrientes que en muchos casos provoca la esta patología hacen interesante algunos suplementos para que a los problemas del propio Crohn, no se unan los de una mala nutrición. Citaré algunos de los que me parecen más interesantes en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.

Los mejores suplementos para la Enfermedad de Crohn 

Cápsulas de ácidos grasos poliinsaturados omega 3
  • L-Glutamina:  Reduce y reparar el daño provocado por el Crohn según numerosos estudios, entre ellos uno de la Universidad de León, lo que lo convierte en uno de los suplementos más interesantes para esta patología. Suplemento de L-Glutamina.
  • Vitamina D3: Algunos estudios apuntaban a que el déficit de  vitamina D3 pudiera contribuir a la patología. La tienes gratis tomando el sol, pero si esto no te es posible, puedes recurrir la suplementación.
  • Omega 3: Si en el origen de la inflamación está un desequilibrio entre la ingesta de ácidos grasos omega 3 (antiinflamatorios) y omega 6 (proinflamatorios) la mejor forma de equilibrarlo es la alimentación o una suplementación de calidad.
  • Probióticos: Recientes estudios apuntan a la suplementación con probióticos como beneficiosa para mantener la remisión en la enfermedad de Crohn y otras enfermedades intestinales, pero siempre es aconsejable hacerlo bajo supervisión profesional.

Otros suplementos interesantes para el Crohn

  • Magnesio: presente en más de 300 procesos metabólicos el magnesio, deficiente en la mayoría de las dietas modernas, es un suplemento recomendado en cualquier alimentación saludable. Se presenta en diferentes formas, pero la que mejor sienta y mayor absorción presenta es el bisglicinato de magnesio 
  • CúrcumaAntiinflamatorio y antioxidante natural, desinflama y contribuye a mantener el estado de remisión.
  • Bromelina: Antiinflamatorio y proteolítico natural, presente en la piña, desinflama y colabora también en  la digestión de las proteínas. También puedes adquirirlo como suplemento, evitando con ello antiinflamatorios que puedan dañar más tu intestino.
  • Enzimas digestivas: Ayudan a una correcta digestión de las comidas y asimilación de sus nutrientes. La asimilación puede verse muy comprometida en pacientes con Crohn y especialmente las enzimas en fase de brote.

¿Qué “alimentos” no debes comer durante un brote de la Enfermedad de Crohn?

Alimentos prohibidos en la Enfermedad de Crohn

Y que no debieras consumir ni en fase de brote, ni en fase de remisión

Comida ultraprocesada

Si estás en fase de brote, y como consecuencia de la propia inflamación, tu consumo de energía puede incrementarse hasta un 50%  por encima de lo habitual, así que ya sabes, tendrás que controlar tu peso y evitar pérdidas excesivas.

Como recomendaciones generales, la dieta para la el Crohn tiene como principales objetivos estos dos:

  1. Que desaparezcan o se alivien tus síntomas.
  2. Evitar las deficiencias nutricionales que pueden darse como consecuencia de tu patología.

Para alcanzarlos debieras mantener una alimentación completa y equilibrada siempre a base de alimentos naturales y alejada de productos procesados altamente inflamatorios.  Te lo puedo decir más alto, pero no más claro.

Y estos son algunos de los alimentos que mejor no ingieras cuando tu Crohn esté en fase activa:

  • Los lácteos: Ni en brote, ni en remisión.  Sé que te encantan, pero el alto potencial inflamatorio de los lácteos y su asociación con el aumento de la diarrea los hacen desaconsejables durante el brote, pero también durante la remisión, si lo que pretendes es mantenerte en esta el mayor tiempo posible.
  • El café: Esta infusión actúa sobre el intestino aumentando su motilidad, lo que provoca un efecto laxante. Este efecto laxante es característico del café con cafeína pero, curiosamente, es mayor aún en el descafeinado, según un reciente estudio.
  • La fibra: Tendremos adoptar una dieta muy pobre en residuos y esto lo han de observar especialmente los pacientes con estenosis (estrechamiento intestinal), para evitar que el residuo pueda obstruirse en el estrechamiento.

    Evita los alimentos ricos en fibra insoluble, que aportan volumen a las heces y pueden taponar, y también irritar, tu inflamado intestino.  Así que en fase de brote tendrás que eliminar de tu menú estos alimentos que te detallo:

  • Frutas con piel: La piel de las frutas aporta mucho residuo que debes evitar pelando bien las piezas. Evita también aquellas que te produzcan flatulencias y en este sentido plátanos, manazas, peras, limones y membrillos suelen ser las mejor toleradas.
  • Legumbres: Las evitaremos tanto en brote como en remisión. A la cantidad de residuos que contienen, se unen las flatulencias y las lectinas, esos antinutrientes que pueden dejar tu intestino permeable como un colador.
  • Harinas integrales: integrales y no integrales, las evitaremos siempre, tanto en brote como en remisión.
  • Todos los alimentos integrales: arroces, pan integral, pasta, cereales de desayuno, avena, vegetales leñosos como las alcachofas, espárragos, granos, etcétera.
  • Grasas: Limita su consumo sólo si tienes esteatorrea (grasa en las heces), en este caso tolerarás mejor los TCM (Triglicéridos de Cadena Media) como el aceite de coco.
  • Azúcar: por su potencial inflamatorio, no son recomendables  ni el  azúcar blanco, de caña, ni otros inventos cargados de azúcares que se pueden encontrar en el mercado. Tampoco caramelos y otras chucherías.  El azúcar es inflamatorio en cualquiera de sus presentaciones.
  • Edulcorantes: Ya eran conocidos los efectos laxantes de alguno de estos bandidos de la alimentación, pero un estudio publicado en Nature, en enero de 2020,  apunta a los efectos devastadores que estos tienen  sobre nuestra microbiota, un preciado tesoro que hemos de mantener en perfecto estado para prolongar  nuestro estado de remisión. Evita  por tanto chicles, caramelos y otras golosinas cargadas de edulcorantes y recuerda, si quieres “cagarla”, edulcorantes.
  • Cereales:  Los evitarás con y sin gluten, pero mucho más los primeros, y por descontado, todos sus derivados, especialmente si son integrales: Trigo, centeno, espelta, etcétera. Recuerda que los cereales se presentan en muy diferentes formas:
    • Harinas
    • Espesantes
    • Panes
    • Pastas
    • Bollería
    • Cereales de desayuno
    • Pizzas
    • Bebidas sin alcohol
    • Alcoholes de alta graduación
    • Cervezas
    • Etcétera

 

¿Y qué alimentos sí podrás comer durante un brote de la Enfermedad de Crohn?

En adelante lo recomendable es una vuelta a la alimentación basada en comida real, lo más fresca y natural posible, evitando, como ya hemos comentado, tres grandes grupos de alimentos, para los que tus genes no están preparados y, como bien sabes, se revelan en forma de enfermedad. Así que descartando cereales, lácteos y productos industriales procesados, tienes todo un abanico de carnes, pescados, huevos, verduras, hortalizas y frutas, evitando en la fase de brote los alimentos que puedan ser más pesados de digerir o contengan mucho residuo.

A la hora de cocinar tus alimentos, prioriza formas sencillas y saludables como a la plancha, al vapor, horno o papillote. Evitando comidas muy elaboradas.

  • Frutas sin piel:  En general son ricas en fibra, pero fibra soluble,  eso sí, tendrás que comerlas sin piel, pues esta sí que produce mucho residuo.
  • Las verduras y hortalizas: También puedes tomarlas, pero evitando consumirlas crudas. Siempre cocidas y algo chafadas o trituradas y mejor, si las tomas en forma de puré muy fino y si es posible, colado, para evitar cualquier resto de fibra
  • Carnes, pescados y mariscos, pero evita que las comidas sean excesivamente grasas y totalmente prohibidos los fritos. Recuerda que las mejores formas de cocinarlas son a la plancha, al vapor, horno o papillote y siempre en presentaciones que sean fácilmente digeribles. Carnes picadas, desmenuzadas, etcétera. Podrás acompañarlas con un zumo de piña natural, colado. La piña tiene propiedades proteolíticas que ayudan a tu dañado intestino a digerir las proteínas, a la vez que la bromelina, un potente antiinflamatorio natural, contribuirá a mejorar tu inflamación intestinal.
  • Agua: Tu bebida será el agua natural, así que nada bebidas con gas, bebidas azucaradas o con alcohol, salvo que  tu objetivo sea el de disfrutar de un largo y doloroso brote. Evita las aguas cloradas, pues el cloro no es precisamente lo que más agradecerá tu organismo en este momento.

Si estás interesado en saber más sobre la dieta para la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, te recomiendo la lectura de estos artículos:

NOTA: Detrás de cada artículo hay trabajo, investigación y tiempo dedicado hasta su publicación.  Si te fue útil o te gustó, te agradeceré que lo compartas con otras personas a las que también pueda interesar.

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2 comentarios en «Dieta para la Enfermedad de Crohn»

  1. Buenas tardes tiene 2 años que fui al gastroenterologos y me dijo que tengo la enfermedad celiaca pero e llevado mi dieta sin gluten y sigo igual en la semana son 4 días bien y 4 días con diarrea

    Responder
    • Los síntomas de la enfermedad celíaca desaparecen cuando desaparece totalmente el gluten de la alimentación del paciente.
      La principal causa de falta de respuesta a la dieta sin gluten es la ingestión continuada e inadvertida de gluten, que puede estar oculto en productos que esté consumiendo y su contenido en gluten no se advierte en la etiqueta o no se haya cerciorado de que no está presente en los mismos.

      Otra posibilidad es la contaminación cruzada. Ingerimos alimentos que pueden haber estado en contacto con otros que contienen gluten. Por ejemplo, tan sólo con apoyar nuestra comida en una mesa en la que alguien haya depositado un producto con gluten ya es suficiente para desencadenar una reacción.

      Y una última y menos frecuente posibilidad es que se padezca la enfermedad celíaca refractaria, que no desaparece con la exclusión del gluten de nuestra dieta, y una vez descartado lo dicho con anterioridad, para lo que tendrá que consultar con su especialista para que valore un nuevo tratamiento.

      Como recomendación, cerciorarse bien de que los alimentos que consume ni contienen gluten ni están en contacto con recipientes, bolsas o superficies contaminadas por otros que sí lo contengan.

      Evitar en nuestras comidas los productos procesados elimina también parte del riesgo, pues una alimentación basada en carnes, pescados, frutas y verduras frescas elimina la posibilidad de que estos alimentos contengan gluten.

      Para acelerar la recuperación del epitelio (la capa intestinal dañada) es aconsejable una suplementación con L-glutamina.

      De la enfermedad celíaca, además de la sensibilidad no celíaca al gluten, se conocen:

      • Enfermedad celiaca clásica.
      • Enfermedad celiaca mono sintomática.
      • Enfermedad celiaca silente.
      • Enfermedad celiaca latente.
      • Enfermedad celiaca potencial.
      • Y la enfermedad celiaca refractaria, a la que le hacía mención.

      Para más información sobre la celiaquía haga clic aquí
      Quedo de nuevo a su disposición para cualquier duda que pueda surgir

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